Wednesday, 5 August 2009

Like Alice, I do not give up...


Me acuerdo de un domingo de septiembre, cuando cerraba un capitulo e iba a abrir otro. Me acuerdo de unas tiendecillas hippie de la plaza Mayor, que entre ropa y objetos escondian verdades y previsiones del futuro. Abro un libro y huele a incienso y espiridualidad. Huele a una amiga que sufri al dejar y que no sabia que pronto iba a rencontrar.


Abro este libro que aparece entre mis manos como prueba tangible de la existencia del destino. Encuentro cartas en un cuaderno olvidado, cartas que encontre' para acordarme que la fortuna esta' todavia a mi lado, que me olvido de ser una priviliegiada, una valiente porque todavia se' enamorarme, porque' todavia se' amar. Porque amar es mi prioridad.


Abro el blog y me doy cuenta de lo afortunada que soy, de todo lo que tengo entre mis manos, me doy cuenta de cuanto soy estupida a veces, cuando me regocijo en esa patina espesa que con cuidado pongo sobre mis ojos...

Tengo suerte porque te tengo a ti, porque me miro alrededor y veo lo que estamos construyendo juntas y es tan, tan bonito que no se' como es posible que a veces se me olvide.

Tengo suerte porque soy uno de los pocos seres humano tan osados como para desayunar suenos, comer inspiracion y esperanza y arte y belleza y cenar amor.

Tengo suerte porque soy intrepida y no me importa el dinero, porque quiero vivir de mis palabras y mis pinturas, de mis amigos y mis amores..


A veces me deprimo un poco porque este mundo es muy dificil y quiere matarnos a los atrevidos, quiere darnos miedo para que no nos movamos, que sigamos en la palidez de la esclavitud cotidiana. Y yo a veces tengo mucho miedo, miedo de que me estoy equivocando, de que igual soy demasiado mayor para seguir viviendo como ALICE IN WONDERAND. Y me entran muchas ganas de cambiar, de rendirme y venderme, de hacerme hueco entre los canones.

Pero dentro de mi lo se' que la vida no es un engano, que, si tienes ganas de verlas, hay cosas maravillosas ..Solo tengo que cerrar los ojos para que en un segundo se me ocurran mil millones. Las primeras dos sois tu y el.

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