Tuesday, 19 July 2011

cuantas veces

Sólo es cuestión de voluntad,

he aprendido.

Lo he aprendido

en los largos días de lluvia inglesa,

en el metro hacia el trabajo,

en casa.

He dado de hocicos

una y dos y tres

y mil veces.

He lamido mis heridas

para que se cicatrizaran

y he escupido la sangre

con la esperanza de contagiar

la repugnancia que me rodea,

para que se deshiciese,

se devastase.

Y he hablado,

cuanto he hablado,

a menudo he esputado palabras vacías.

Cuanto dolor,

amargura,

melancolía.

Cuantas veces tú en mis labios,

cuantas veces te he vomitado,

he invadido mis interlocutores

con tu hedor.

Tú, que apestas,

tú que me has lacerado,

desamparado,

que me has

metodicamente

matado adentro.

Cuantas veces,

inerme,

he vuelto a ti.

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